Pilar es una de las ciudades que más rápidamente creció en el mundo, con una tasa de 1401%. En 1947 tenía 19.853 habitantes y en el 2010 llegó a 298.191. El porqué y cómo impactó esto en su población original es lo que averiguamos.
Pocos saben de la existencia de un estudio de investigación realizado en el 2012 por estudiantes de 6to año del Colegio North Hills de Pilar y chicos de otros 25 colegios que se sumaron, titulado “Reconstruyendo Nuestra Historia”. El objetivo fue conocer cómo había impactado el extraordinario crecimiento de Pilar en las conductas de los residentes que vivieron este cambio en el período intercensal 1947-2010.
Juan Cantelmi, cientista político, profesor de Historia del Colegio North Hills y líder del proyecto, contó que la idea surgió del departamento de Ciencias Sociales. “Muchos profesores de Pilar de toda la vida veíamos cómo la gente mayor venía quejándose de los cambios en el entorno. A la vez, experimentamos cómo a partir de 1992, los colegios privados estaban siendo conformados en su mayoría por hijos de familias que vinieron a vivir aquí por el boom inmobiliario de los 90. Esos chicos no conocían la plaza de Pilar, ni la identidad pilarense que se debatía entre la cuna del federalismo o la capital nacional del polo. O si el centro de Pilar era la Plaza o el Km 50”, señala Cantelmi.
A partir de estas variables se les ocurrió reunir a dos generaciones. A los estudiantes de 6to secundaria, hijos de los nuevos inmigrantes, y a los habitantes mayores entre 60 y 80 años, oriundos de Pilar.
El objetivo fue vincular a muchos “inmigrantes recientes” al pasado del partido y su identidad. Fomentar un diálogo intergeneracional como forma de valorar y respetar el pasado de la localidad. Conformar un Archivo de Historia Oral del Partido del Pilar, tendiente a registrar el impacto de las transformaciones urbanas y demográficas de los últimos sesenta años.
Una novedad del estudio fue la metodología elegida de la “Historia Oral”. Esta consiste en concentrar las experiencias directas de la vida de las personas a través del método de la entrevista grabada transformándose esta en una fuente histórica. En otras palabras, reconstruir el pasado mediante la recuperación de la memoria colectiva de los sujetos.
Para esto contaron con la asesoría del Programa de Historia Oral de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Conclusiones
En el estudio detectaron que la primera oleada de crecimiento de Pilar fue en los 70 con gente que se vino a trabajar. Hasta ahí todos se conocían, los apellidos se repetían y se convivía con pocos countries. “Era muy típico preguntar: ¿eres de Pilar o del country?”, cuenta Cantelmi.
Luego, en los 90, con las políticas liberales se agudizó la brecha social, lo que permitió que las inmobiliarias detectaran la necesidad de vender la idea de barrio cerrado con verde, elegido no tanto por seguridad, sino emulando un fenómeno importado del exterior. Pilar era ideal por su cercanía a Capital y por la gran cantidad de campos disponibles que velozmente se empezaron a poblar.
“Obviamente vinieron las mejoras en infraestructura, pero algo curioso era que el centro de Pilar se mantenía intacto, las mismas calles y tiendas antiguas. Y nos preguntamos si eso era un indicador del rechazo a esta invasión”, cuenta Cantelmi. Lo cierto es que hubo un rechazo hacia lo nuevo, porque junto con el crecimiento vino la inseguridad, los servicios no dieron abasto y la gente ya no pudo poner más su silla en la vereda para charlar con la vecina.
Como conclusión se detectó que los entrevistados tenían mucha añoranza por el “Pilar pueblo”. Surgió la idea de la competencia poco leal que se empezó a dar entre los servicios y los comercios. Al lado de un almacén de barrio se instalaba un hipermercado que lo dejaba fuera de competencia.
Y este crecimiento se agravó, según Cantelmi, porque vino de la mano del clientelismo político que permitió un crecimiento indiscriminado, desmedido sin ninguna planificación urbana, lo que empezó a generar una desigualdad entre el barrio privado rico y el barrio pobre. Y esta brecha si bien no ha crecido, aún se ha mantenido.
Otra realidad fue descubrir que a los pilarenses, el crecimiento les pasó por al lado, porque no se vincularon con el nuevo inmigrante. El inmigrante adulto que vino siguió trabajando en Capital y teniendo una vida que no pasaba del Km 50. El estereotipo de marido yéndose por Panamericana y la señora en el barrio privado saliendo en auto a comprar, pero no en los negocios del centro.
En definitiva, Pilar se transformó en un caso de estudio ya que estos cambios se dieron tan rápido y fueron tan contundentes que fue lógico el rechazo, sobre todo porque el ciudadano de Pilar vivió la parte negativa de la situación soportado un crecimiento de las demandas de todo tipo. Falta de servicios, calles colapsadas, gran competencia comercial y colegios sin vacantes.
“Una anécdota que grafica lo inesperado y rápido que fue el cambio para los pilarense fue la llegada de los cines con muchas salas, se reían, nunca imaginaron que se iban a llenar”.
Este estudio, por su temática, su alcance y envergadura fue declarado patrimonio de interés cultural de la Municipalidad de Pilar y fue entregado a la Biblioteca Municipal. “Estamos haciendo historia”, les dijo Juan Cantelmi a sus alumnos cuando empezaron a investigar. Y así fue.
Claudia Echeverría