Por Claudia Echeverría (Periodista.Directora Valorar Magazine)
No dejo de sorprenderme del porqué en medio de una pandemia, el gobierno argentino y el Congreso Nacional insisten en fijar su prioridad legislativa en promover la mal llamada “INCLUISIVIDAD” con leyes que destruyen la riqueza y el sentido del lenguaje. Y que por otra parte privilegian a un sector de la población definido como vulnerables, como son los transexuales, sobre otros sectores igualmente vulnerables.
Con esto me refiero al alcance de La Ley de Equidad de Género que el Congreso aprobó recientemente, otorgando un cupo del 1 por ciento al personal transexual en los medios de comunicación públicos, y generando incentivos para los medios privados que los incorporen a su empresa dándoles pauta publicitaria. Y mejor aún si usan y promuevan el lenguaje “inclusivo”.
Según el diccionario de la lengua española INCLUSIVO: Adjetivo que incluye o tiene la virtud y capacidad de incluir.
Seamos sinceros hoy la palabra inclusivo en los medios alude hoy al mundo LGTV1 y trans y a una imposición del gobierno por pedido del feminismo verde y el LGBTQ1 que busca eliminar al patriarcado representado por el lenguaje. Por ello buscan poner fin al lenguaje que asume la expresión masculina para referirse a la totalidad de hombre y mujer reemplazando la O por E. Ejemplo todos por todes.
LA FALSA INCLUSIVIDAD
Lo cierto es que en la práctica los hechos demuestran que todo lo que tiene que ver con inclusividad en Argentina en realidad excluye.
Ejemplo de esto es la Ley de Equidad de Género recién aprobada que favoreció a la transexuales señalando que son un sector vulnerable porque son discriminadas a la hora de buscar trabajo y por ello terminan en la pobreza. Y me pregunto porqué darle este cupo solo a este sector habiendo otros sectores discriminados también en el ámbito laboral. Es el caso de las mujeres y hombres que salen de las cárceles, que por ser ex convictos les cuesta encontrar empleo. ¿Y queé hay de los ciegos, sordos, mudos o personas con cualquier discapacidad? ¿Por qué no se los beneficia con cupos laborales? ¿Por qué no se los incluyó en esta ley? ¿Por qué ningún senador o diputado pensó en ellos?
HABLAS MAL PENSAS MAL
Otro aspecto importante a resaltar de esta Ley es que obliga a los medios públicos al uso y promoción del lenguaje inclusivo y favorece a los medios privados que lo hagan a cambio de pauta publicitario. Y lo cierto es que el lenguaje inclusivo en vez de incluir excluye ya que elimina o cambia palabras que siempre han estado en nuestro vocabulario lo que tiene consecuencias más graves de los que suponemos.
Según Cristopher Clave, Licenciado en Ciencias de la Universidad de Paris, profesor en gestión y estrategia señala que el coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde las posguerra hasta finales de los años 90 siempre habían aumentado, en los últimos veinte años esta disminuyendo. Muchas pueden ser las causas de este fenómeno. Una de ellas podría ser el empobrecimiento del lenguaje. En efecto varios estudios demuestran la disminución del conocimiento léxico y el empobrecimiento de la lengua, no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas lingüísticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo. Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar emociones y menos posibilidad de elaborar un pensamiento y de ser críticos. Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada provienen directamente de la incapacidad de describir sus emociones a través de palabras.
En definitiva, lo que dice este académico es que a menos lenguaje menos capacidad para expresar emociones y menos posibilidades de elaborar un pensamiento y ser críticos de la realidad. Según este autor y otros, esto explica porqué los regímenes totalitarios buscan reducir y empobrecer el lenguaje.