Sororas contra el Patriarcado… ¿les vendieron humo verde? Editorial

Por Josefina Castellano*

Estos días leí muchas brillantes conclusiones y les resumo algunas con agregados propios.
Este colectivo de mujeres que busca consolidar derechos, pareciera estar siendo un poquito usado por el sistema, que cada vez más, se revela como el fantasmagórico Nuevo Orden Mundial.

¿Qué les pasa “chiques”? ¿No se dan cuenta que el aborto sólo provoca ayudar a ese patriarcado que tanto quieren desterrar?

Esta ley no hace otra cosa que beneficiar a los violadores, ya que como es sabido, la mayoría de los abusos suceden dentro de la familia y estos perversos llevan a su víctima a eliminar a la prueba de su delito. Le ponen anticonceptivos y las llevan a la casa a seguir siendo violadas (nadie me lo contó, asistí a una mujercita de 12 años en esta circunstancia).

Por otra parte también tenemos el beneficio para los engendradores seriales (jefes, infieles, pasajeros), que poco les importa la dignidad de la mujer y la cosifican abandonando las responsabilidades de sus actos, dejando a la mujer con la que pasó un momento, a que sóla, se haga cargo de su ingenuidad.

A esto se le suman los abortos de las mujeres víctimas de trata, que siguen siendo tratadas peor que en la esclavitud (conocí una chica que con menos de 30 años, ya le habían hecho abortar 11 veces). No quiero dejar de mencionar las mujeres que son confundidas por sus esposos y contra su voluntad tienen que deshacerse del estorbo porque estos no puede ceder el presupuesto para sus gustos personales, para afrontar el gasto de un nuevo ser humano, que es un hijo y ellas lo saben.

En contraposición, tenemos otro dilema: estas mujeres que abogan por el derecho a hacer con su cuerpo lo que quieren, dejan a los que sí se pueden llamarse hombres, sin poder decidir sobre la vida de su hijo, son las mismas que otrora se rasgaban las vestiduras por exigir las cuotas alimentarias si ese hijo nacía. O sea, no les importa el derecho a “paternar”.

No quiero cansar, pero esta reflexión de mí amiga Gloria Vergara del Carril, me pareció de lo más lucido que leí: llama a las sororas a pensar si su campaña para ampliar derechos no es otra cosa que parte de este patriarcado que busca hacer un negocio. Es sabido que en los países en los que se legaliza el aborto se instala un esquema que grita en la turbulencia, sobre un negocio ilegal de venta de restos humanos para el uso de laboratorios. Las insta a reflexionar que han sido engañadas para creerse que esos anhelados derechos se concretaron y no se dan cuenta que se convertirán en artífices del sacrificio de aquellos que no harán otra cosa más que empoderarlas y hacerlas trascender verdaderamente.

Su mensaje ha sido tan débil que hasta la misma IPPF (International Planned Parenthood Foundation) reconoció esta semana, que tuvo que sostener económicamente durante 15 años. Fue una campaña que nadie “compró” por tener un relato insostenible e incoherente y terminaron “triunfando” con la compra de votos a débiles, cobardes y confundidos diputados y senadores.

Mientras éstas mujeres aprenden el decálogo de deshumanizacion de quién llevan en su vientre, y de todo aquel que las rodea o se opone a su relato, hay muchas, muchísimas, más mujeres que trabajamos y rezamos por seguir evolucionando en una sociedad en la que la mujer es la que reina en la familia, en cada nación y en el mundo, pero a través de la bondad, del bien y la belleza.

Sepan que nuestra fuerza está en la justicia hacía aquellos miles de millones que no pudieron nacer y que desde donde están, nos alientan a hacer un mundo más humano sin abortos, clandestinos o no.

Josefina Castellano, casada, madre de 3 hijos en la tierra, 4 en el cielo, Lic. en Comercialización, emprendedora, trabaja en el sector público y  es activista provida y parte del equipo de Faro Films.

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