CONOCÉ LOS BOLICHES MÁS CONCURRIDOS DE PILAR

 

Te contamos cómo se manejan los jóvenes y organizadores, y qué podés encontrar en los dos boliches más conocidos y concurridos  de Pilar: Cuernavaca y La Colmena.

La movida de Pilar cambió y muchos jóvenes que antes preferían ir a bailar a Capital, hoy son habitués de los boliches bailables de Pilar. Es el caso de La Colmena y Cuernavaca, dos lugares que ya llevan años en el centro de Pilar.

El cambio vino por la nueva modalidad de organizar “Fiestas Temáticas”, las cuales atraparon el interés de esta camada de jóvenes provenientes de barrios privados y countries de la zona.

Esta tendencia fue celebrada por los padres de estos chicos, debido a que muchos jóvenes dejaron de exponerse a manejar hacia Capital a altas horas de la madrugada por Panamericana, con los peligros que ello implicaba.

Ezequiel Pires, licenciado en Administración de Empresas, es uno de los siete organizadores de las fiestas que se realizan los sábados en el boliche de Cuernavaca, ubicado en Ituzaingó 669.

En mayo  de este año comenzaron a organizar fiestas en este lugar  que funciona hace  50 años en Pilar y cuyo dueño es Daniel Bleza  empresario de la zona.

Pires y su equipo pensaron en darle un valor diferente a los eventos de la zona y para hacerlo, empezaron cada sábado a realizar una fiesta distinta. Armaron vips, llamaron a bandas para que toquen su música a partir de las dos de la mañana y ambientaron el lugar siguiendo la temática del día.

cuernavaca

No queríamos que fuese una fiesta que abre y se cae enseguida, buscábamos constancia, afirma Pires.

La Colmena, otro de los elegidos por este segmento de jóvenes y al igual que Cuernavaca también se aggiornó. Laura Patalano, una de las organizadoras de las fiestas, cuenta que la diferencia en el establecimiento lo marca la trayectoria y la seriedad. “Es una empresa familiar, siempre fueron los mismos dueños”, cuenta.

Al parecer en estos lugares los chicos se sienten cómodos porque se da un ambiente muy familiar, muchos se conocen y se encuentran aquí. La mayoría son de Pilar pero también empezó a llegar gente del centro y de San Isidro, Escobar y Del Viso.

la-colmena

La edad de ingreso en ambos boliches es a partir de los 18 años, siendo el segmento mayoritario entre los 20 y 25 años. En el tema de  los ingresos ambos establecimientos tratan de regirse  por la normativa y ser muy estrictos, aunque por comentarios de la zona más de algún menor logra entrar.
Pilar Suarez, veinteañera que asistió a fiestas en ambos boliches, cuenta que comenzó a ir a principio de año a Cuernavaca y notó que de repente el lugar se fue llenando de gente más chica. “Vi menores allí  y también en La Colmena.
Ezequiel Pires cuenta lo difícil que fue y sigue siendo controlar la entrada de menores y las medidas que toman para evitarlo. “Somos muy estrictos con eso, a pesar de que muchos intentan pasar con documentos truchos. Respetamos a la Municipalidad, tenemos todo en regla, los bomberos, los horarios. Dos de los chicos de seguridad son de la Municipalidad”, afirma Pires.

Entre las modalidades más usadas por los más chicos para intentar entrar se encuentra la falsificación de documentos, el uso de un documento ajeno de alguien mayor de edad, y las “coladas”, donde pasan por lugares donde no son vistos para poder entrar.

Respecto de la seguridad en los boliches, Pilar Suárez confirma que “si pasa algo siempre va a haber alguien controlando” a pesar de que no siempre se ve a los encargados. “Cuando los chicos se ponen más violentos enseguida los sacan”, dice Pilar. También cree que la seguridad es la misma en todos lados, y que no por estar en un boliche “te van a pasar cosas distintas que estando en la calle”. Pilar cree que la rotación entre ambos boliches es “como una ola”, donde si no se asiste a uno se va al otro, a menos que haya algún “tercer tiempo” o fiesta de clubes de la zona.

La veinteañera cuenta que se ve mucha gente borracha, pero aclara que es “como en todos lados”. Cuenta que su grupo de amigas en normal y suelen hacer pre-boliches antes de salir con amigos o entre amigas, a lo que suele seguir el ir a una fiesta: “No hacemos nada de otro mundo”.

Pilar Suárez  aclara que no le molestaría que el día de mañana sus hijos salgan a bailar, pero que le preocuparía que salgan y tomen de más pero eso ya depende de la edad y responsabilidad propia.  “La seguridad y el control dependen de cada uno” y las precauciones y decisiones de lo que hacés son propias, no tanto del boliche,  sobre todo cuando es un lugar para jóvenes que se supone están en su mayoría de edad.

Candelaria Mc Lean

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